Josué Berstein, científico alemán cuya familia sobrevivió a la barbarie hitleriana permaneciendo en Alemania durante toda la segunda guerra, estaba en la costa oeste de Estados Unidos cuando pudo divisar en el lejano horizonte cómo se levantaba una enorme columna de humo. De pronto sintió bajo sus pies como la tierra se movía, era un seismo, un temblor no ligero precisamente. Un padre atento que paseaba por la playa miraba atónito la nube que se alzaba en la lejanía y le dijo a su hija que jugaba con la arena, ándale, ándale que viene el coco, la madre que lo parió. Y echaron a correr, pero a Josué que no paraba de tomar fotos de la columna que se alzaba majestuosa sobre el océano, se le quedó grabada la expresión y rápidamente subió al grupo la descontaminadora del face book las fotos del evento.
Ándalekoko o la madre que lo parió, es como bautizo al diablo que se acaba de despertar en el Pácifico en medio de fuertes convulsiones de la corteza terrestre en la costa oeste norteamericana, y esto no me hace ninguna gracia ya que estoy en San Francisco, en el epicentro de la falla de San Andrés. Creo que es el momento apropiado para poner pies en polvorosa, puede que hayan sunamis.
La noticia sobre el nuevo volcán del Pacífico y los terremotos que han asolado las costas de los países ribereños del océano, tanto en Asia como en América, se empieza a quedar en un mero aperitivo ya que columnas de fuego y humos tóxicos ocupan una gigantesca franja de Plastylandia, que en su deriva chocó con unas elevaciones de las zonas de fractura de Mendocino y provocó la aparición de este nuevo gigante ígneo.
Habrán de pasar casi dos años para que flotas de todo el mundo converjan sobre el nuevo continente para detener los incendios en Plastylandia. Ongs de todo el planeta confluyendo a través de La Descontaminadora pusieron en marcha un plan para convertir 50 petroleros en gigantescos barcos de bomberos con plataformas de aterrizaje para aviones y helicópteros apagafuegos. Al mando de las operaciones está Josué Berstein que nos recibe a periodistas de medio planeta en la base de operaciones del Pacífico Norte; la base es una antigua plataforma petrolífera reconvertida en apenas seis meses en el centro neurálgico de esta unión de Ongs. Después de mostrarnos desde la pantalla de prensa las instalaciones, recomendándonos no interferir en las labores de la base, nos pide que divulguemos al mundo la tarea que están desarrollando y que por favor contribuyan con donaciones para poder seguir hasta sofocar los incendios y estabilizar la situación medioambiental.
© Antonio Salvador Manchón Alonso. San Fulgencio (Alicante) 2015.
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Esto es un fragmento del escrito: Comunicando con Dios.
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