martes, 14 de abril de 2020

Plastylandia.



En el principio, durante decenas de años, plásticos a la deriva por nuestros mares y océanos fueron agrupándose por aquí y por acullá. Y aunque la mar océana es enorme, pronto se hicieron visibles pequeñas islas que convergían arrastradas por las corrientes.

La Sopa de plástico, también conocida como Sopa de basura, Sopa tóxica, Gran mancha de basura del Pacífico, Gran zona de basura del Pacífico, Remolino de basura del Pacífico y otros nombres similares, es una zona del océano cubierta de desechos marinos en el centro del océano Pacífico Norte, localizada entre las coordenadas 135° a 155°O y 35° a 42°N. Se estima que tiene un tamaño de 1.400.000 km². Este vertedero oceánico se caracteriza por tener concentraciones excepcionalmente altas de plástico suspendido y otros desechos atrapados en las corrientes del giro del Pacífico Norte (formado por un vórtice de corrientes oceánicas). A pesar de su tamaño y densidad, la isla de basura oceánica es difícil de ver incluso mediante fotografías satelitales. Tampoco es posible localizarlo con radares.
La existencia de la mancha de basura del este fue predicha en 1988 en una edición publicada por la National Oceanic And Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos. La predicción se basaba en los resultados obtenidos en muchos laboratorios de Alaska entre 1985 y 1988, que midieron plástico flotante en el océano Pacífico Norte. Estos laboratorios encontraron altas concentraciones de desechos marinos acumulados en zonas caracterizadas por una topografía particular o corrientes oceánicas.
Los dos párrafos anteriores son integramente de la Wikipedia.

En 2050 la Gran Isla de Plásticos, que ya medía unos ocho millones de kilómetros cuadrados, más grande que Australia, (aún no la llamaban Plastylandia) se aproximó a una zona del Pacífico con alta actividad volcánica. Cuando millones de fragmentos ígneos cayeron sobre el nuevo continente provenientes de un joven volcán en erupción, la tragedia empezó a hacerse palpable, y las consecuencias de la ignorancia de los hombres pasó la primera gran factura. El planeta pasaría por un otoño nuclear, que aunque no llegó a ser invierno gracias a que todas las naciones invirtieron ingentes cantidades de medios para sofocar los incendios y sus consecuentes nubes tóxicas, producirían millones de muertes en todos los otros continentes, y una nueva extinción masiva de especies animales y vegetales.
Un día tendremos que explicar, yo mismo o Haragán, cómo es posible que Divinity que todavía no a sido creada, no se si lo he dicho pero es un cerebro artificial que aparentemente tiene conciencia de si mismo, y está más evolucionado de lo que podamos imaginar. Pero hoy no toca y punto.

© Antonio Salvador Manchón Alonso. San Fulgencio (Alicante) 2015.
Todos los derechos reservados.
Esto es un fragmento del escrito: Comunicando con Dios.

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